mi lado creador
Mi lado creador es un blog destinado a la publicación de mis creaciones tanto literarias como manuales. Es una mezcla de mis escritos y mis bisuterias que quiero compartir con mis lectores.

sábado, 9 de agosto de 2014
lunes, 14 de julio de 2014
martes, 3 de junio de 2014
EL UNICORNIO. Aquí os dejo un bello cuento de fantasía tanto para niños como para mayores. Espero os guste.
El Unicornio
A mi amigo Marcos le regalaron un unicornio para su
cumpleaños.
-¿Qué es un unicornio?- Le pregunté yo interesado.
-Un unicornio es como un poni pero con un cuerno en la
frente y con alas.
-¿Quieres decir que puede volar?-
-Sí, es un caballito volador. Ven un día a mi casa y lo
verás.-
Un sábado por la tarde fui a la casa de mi amigo y me quedé
entusiasmado con aquel unicornio blanco. Enseguida me hice amigo de él. Me
dejaba acariciarlo y ante nuestras risas relinchaba y galopaba, y de repente se
echó a volar por encima de las acacias y de los rosales.
-Quiero un unicornio para mi cumpleaños- les dije a mis
padres.
-Hijo, un animal de esos es muy difícil de conseguir. Tu
cumpleaños es el mes que viene y no creo que sea posible conseguirlo en tan
poco tiempo-
- Mi amigo dice que
su papá lo encontró en un viaje a la India. Que el caballito de un cuerno
estaba muy malito, él lo cuidó y se vino a vivir con él.
-Sí hijo, pero nosotros no tenemos dinero ahora para ir a la
India. Y no creo que los unicornios se dejen ver tan fácilmente.
¡Pobres papas! En que aprieto les ponía.
Efectivamente fue imposible encontrar uno. Preguntaron y preguntaron y nadie sabía dónde
había una tienda en la que vendieran
unicornios.
Mientras, solía ir a casa de mi amigo a jugar. Entre los
tres formábamos una piña, y la alegría y la ilusión se acrecentaban en nuestros
corazones en cada encuentro. Algunas
veces el equino nos dejaba subirnos a su grupa, se elevaba por los cielos y nos
llevaba de viaje surcando ríos y montañas.
Pasaron unos años, empezamos a crecer y a dejar nuestros
juegos habituales y a interesarnos por otras cosas que nos parecían más de
gente mayor. El unicornio cada vez
pasaba más tiempo sólo correteando por el jardín y a veces, mientras nosotros
reíamos y compartíamos nuestros secretos, me parecía verlo triste y como si de
sus ojos se derramase alguna lágrima. Yo no sabía por entonces que los
unicornios también lloraban.
Un día mi amigo vino a mi casa triste.
-¿Qué te pasa Marcos? ¿Qué es lo que te apena?-
-Que ha desaparecido el unicornio del jardín- me contestó.
Lo buscamos por todas partes y ni rastro del que fuera
nuestro amigo hasta hacía tan poco tiempo, recorrimos los lugares a los que él
nos llevaba a su grupa, y nada. Cuando tuvimos más edad incluso viajamos a pueblos
y aldeas lejanos y no hubo nada que nos pusiera sobre su pista.
La vida siguió adelante con sus alegrías y sus penas. Poco a
poco nos fuimos olvidando de aquel amigo tan especial de nuestra infancia,
aunque en el fondo de nuestro corazón siempre quedaría la huella de aquella
entrañable criatura. Terminamos nuestras carreras, encontramos un trabajo, formamos
nuestras propias familias; un día nos
hicimos viejos y como a todos los abuelos, nos encantaba contarles cuentos y
cosas de cuando éramos niños a nuestros nietos. Era como volver otra vez a la
infancia que parecía tan lejana, como empezar a recordar todas las cosas que
vivimos y a despertar al niño que siempre llevamos dentro.
Es así como un buen día les conté la historia que compartía
con mi amigo Marcos, la de aquel hermoso caballito que participó de nuestros
juegos y un día sin saber por qué, nos dejó y nunca volvimos a saber de él.
Mi nieta Laura abría los ojos como platos al escuchar
aquella fantástica historia.
-¡Otra vez abuelito! ¡Cuéntame ese cuento otra vez!
Ella nunca se cansaba de escucharlo, y yo cada vez que se lo
contaba procuraba añadir nuevos detalles que a ella le fascinaban y no dejaba
de sonreír.
-A mí también me gustaría tener un caballito con cuerno y alas
como ése- Me dijo entusiasmada un día.
-No dejes de creer en ello, que si tú crees y eres generosa
y de buen corazón, es posible que un
hermoso y blanco animal como él, venga a
jugar contigo.
Laura creyó mis palabras y siempre que venía a mi casa salía
al jardín con la esperanza de que un día ella también encontrara su propio unicornio.
Una tarde de inicio de primavera, en que el sol brillaba más
que nunca, me apeteció salir al jardín a leer el periódico, tomarme el té y ver
jugar a Laura, como una flor hermosa más entre las lilas y las rosas. No me había sentado todavía
cuando oí risas y pequeños relinchos. Allí estaba mi pequeña nieta, ante mi
sorpresa y mi alegría, con aquel pequeño
rocín de crines blancas y reluciente cuerno en la frente, jugando como si se
conocieran de toda la vida. Ella era tierna e inocente y todo era posible en
sus sueños.
Seguramente como yo, un día se haría mayor y la magia
desaparecería para siempre. Deseé entonces que no creciera nunca y la miré
complacido, mientras me tomaba mi té de las cinco y leía en el periódico las
noticias, intentando encontrar aunque tan sólo fuese una, que me llenara de
energía y fe en que aún nada estaba perdido en
un mundo tan hostil y a la vez tan hermoso.
martes, 27 de mayo de 2014
miércoles, 16 de abril de 2014
Este cuadro lo he realizado en clase de manualidades de la Asociación Argoiak Todas las alumnas hicimos uno similar y a ninguna nos quedó igual. Ya lo tengo colgado en la pared y todo. La técnica es la de la esponja para el fondo. El tronco en negro y las flores estampando el culo de una botella de cocacola en tonos rosa. Espero os guste
miércoles, 9 de abril de 2014
sábado, 15 de marzo de 2014
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