jueves, 8 de noviembre de 2012

Este es un poema que tenía escrito hace tiempo pero no no me gustaba como estaba, le he dado unos retoques y quiero compartirlo hoy con vosotros. A ver que os parece.

 





 Vivir

No quería mirarme en el espejo
me angustiaba lo que me transmitia,
eres otra parece que decía,
no era grato observar aquel reflejo.

Porque es duro de joven ir a viejo,
ir perdiendo por tiempos lozanía,
lo que antes tu rostro poseía.
Esos pliegues ornando el entrecejo,

te señalan de pronto el recorrido
que el reloj implacable te ha marcado,
también lo que has soñado y has vivido,

va quedando entre arrugas bien plasmado.
Medita en lo que a cambio has adquirido,
en esa paz que al fin has conquistado.


Porque vivir es gozo y aventura
una lucha muy grande en el planeta
un no saber donde estará la meta,
en donde acabará esta locura.



Da lo mismo cual sea tu postura,
ya puedes ser un golfo o un asceta,
ser tu mismo o siempre con careta,
hasta el final no lograrás cordura


para salir airoso y convencido,

de haber vencido al fin al desaliento,
que ya no estás ni triste ni abatido.


Y aunque a veces aún estés sediento
ya no te sentirás tan desvalido,
si has logrado armonía en tu cimiento.


 

Ayer tan solo eras un tierno infante,
lo recuerdas como recién vivido
y mira la de años que se han ido.
Aceptarlo con el mejor talante

es la forma más digna y elegante

de demostrar que tienes asumido
que el tiempo se te va y lo reído
te alienta y te sacude hacia delante.

y aunque estás a la vida agradecido
y tus pies a las penas bien calzados,
es normal que te alcances tiempos malos.

Mas tú sabes que has sido bendecido
y esos sueños que al fin has alcanzado
son tu vino, tu pan y tus regalos.









Brazalete en alambre plata y abalorios


viernes, 2 de noviembre de 2012



En pétalos de luz lisonjeada
quisiera ver pasar mi vida entera,
atravesar feliz la litosfera,
de las estrellas ser la abanderada.

Jamás dejar de ver una alborada,
gustar de cada instante a mi manera,
mi noble profesión la de trovera,
de versos por doquier arrebolada.
Amortiguar las penas y el dolor,
sembrando el corazón de dulces cuentos.
Su fondo apasionado y soñador,

sereno y muy sagaz de basamentos.
Coger de lo sencillo su valor,
el júbilo y la paz sus alimentos.