miércoles, 30 de octubre de 2013

Mi cantar (poema) Cantar aunque no se tengan ganas, aunque duela el corazón. Seguir adelante, a pesar de los penas. Agradecer lo bueno que tenemos, aunque nos falten cosas que creemos necesarias para ser feliz, cantar y soñar y dar el esquinazo a la tristeza.

 
 
 
Hoy canto porque mi corazón late,
porque mi alma se expande,
porque el amor me inunda.
Hoy me regalo el tiempo,
todos los relojes del mundo son ahora míos.
Toda la eternidad es mía,
y por eso canto,
porque soy rica en tiempo, en aire,
en rosas, en pájaros,
en árboles, en caminos...
Toda la naturaleza es mía,
Hoy puedo cantar porque soy viento,
porque soy toda voz,
porque me siento en libertad.

domingo, 13 de octubre de 2013

El armario ropero (cuento). Cuantas veces nos llenamos de cosas y trastos inútiles, tanto el alma y el armario, de los que no sabemos desprendernos. Nos aferramos a los recurdos y a las cosas y ahí nos quedamos estancados sin poder avanzar. Hacer una limpia de trastos inútiles y malos recuerdos podría ser muy positivo para poder comenzar de nuevo un presente más liviano y feliz.




Hoy mismo ha decidido  vaciar de cosas viejas su  alma y su armario ropero.

 Su alma ha quedado limpia de malos recuerdos, de rencores, de malentendidos, de orgullos, de vanidades… De todo lo que se queda estancado y duele en lo más profundo  y crea ardores de estómago, cansancio, tristeza, desamor;  la puerta abierta a todo tipo de dolencias físicas y anímicas. Ha decidido hacer una selección entre todas sus vivencias y quedarse sólo con lo que le hace sentirse bien y con energía en su día a día.

Su armario ha quedado vacío de abrigos que la descobijaban cuando más necesitaba calor y cariño, de vestidos en los que no era ella, la mariposa en la que se ha convertido, sino telas raídas de la crisálida que fue. Ha quedado vacío de bolsos llenos cachivaches sin sentido: pintalabios de colores absurdos, para labios que buscaban besos y palabras de aprobación,  con tal de sobrevivir a toda costa. Bolígrafos secos que ya no podrían escribir cuentos de hadas, ni cartas de amor,  ni versos. Peines que ya no hundirían  sus púas en la melena que fue su orgullo. Pantalones  talla XXL por si engordaba, trajes talla S por si adelgazaba...

Un armario en peligro de derrumbarse del peso de sobrellevar el pasado y el futuro sobre su madera ya vieja.  Un alma ya demasiado asustada por el lastre de una memoria aturdida.

Después ha dado cera al ropero y le ha contado chistes a su alma. Y los dos se han reído de su chispa,  y los dos han vuelto a ser originales y mágicos otra vez.