martes, 24 de julio de 2012

Hoy me siento agradecida a Dios y a la vida, al amor, al buen tiempo, a este calor del verano, a la luz brillante de julio, al mar, a la brisa. Hoy quiero poner este poema de agradecimiento por todo lo bello y hermoso que nos regala el universo.




POEMA DE GRATITUD



Mi gratitud por cada amanecer,

por la luz del sol y de la luna,

por la inmensidad del mar,

gracias también por los seres que me rodean,

por mi familia, por mis amigos

por mis compañeros de trabajo,

también por los que me amaron

y aunque parece que se hayan ido,

me reconfortan desde otras esferas.

Agradezco de corazón tener un trabajo,

por la motivación que me trae,

por tener un sueldo que cobrar a fin de mes,

por la independencia que me aporta.



Mi alma es una planta que ama al sol

que la bendice cada mañana con sus rayos.

Mis labios agradecen el agua

que calma su sed diaria.

Mi alegría por el agua de los ríos

y de los manantiales

que cantan día y noche

sus salmos de amor para mí.

Benditas sean todas las flores

que alegran los campos y los jardines

y elevan el ánimo de las almas tristes.

Bendito el olor y el murmullo del bosque,

el canto de los pájaros en las ramas.

Bendito el aire que respiro

y las piedras que piso por los caminos.



Bienvenidas las sombras que al rasgarse

dejan paso de nuevo a una luz

cada vez mas brillante y más hermosa.

Bienvenidas las estaciones,

que aportan concierto y policromía.

Bienvenida la primavera con sus aromas,

el verano con su calor y su alegría,

mi fascinación por el otoño y sus colores,

mi saludo al invierno que arrastra

hojas  y regala recogimiento.



Gracias por el amor que me sostiene

y me salva de la  tristeza y el dolor.

Por la vid y por el trigo

que hacen posible que en mi mesa

siempre tenga pan y vino.

Por el arco iris dibujado en los cielos,

porque después de un temporal

siempre vuelve a sonreír el sol.

Por la inocencia y la alegría de los niños,

porque despiertan a la niña que hay en mi

y mi lado mas travieso y tierno.





Gracias por las sorpresas pequeñas

y a la vez grandes de cada día,

por una palabra amable de aliento,

por una sonrisa o una mirada agradable,

por un beso o una caricia,

por una flor de final de invierno,

por la lectura amena de un buen libro,

por una hermosa canción.

Gracias por los ojos, por la lengua,

por las manos, por los oídos,

por los pies dispuestos a caminar

y a bailar o a viajar a países lejanos.

Por el olor del chocolate caliente,

por el jabón perfumado,

porque tengo un corazón

que late y siente.

Por la vida, por la muerte,

porque nada es inmóvil,

porque todo es poesía.

De mi poemario "No morirá la rosa en el invierno"


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